Creo que viajar me ha enseñado lo afortunado que soy por muchas condiciones que tenemos en la ciudad y lo mucho que nos quejamos de la misma. Al regresar a casa esas dos horas en Transmilenio serán más llevaderas porque iré viendo alguna serie en netflix o durmiendo y no estaré andando en un camión de pie con 10 personas más por una trocha oscura esperando a llegar a mi casa que no tiene agua potable y que probablemente tampoco tenga servicio de luz.
Gracias a la vida he tenido la fortuna de poder viajar y ver los extremos sociales que tiene nuestro país, extremos sociales que por alguna razón siempre me tocan mucho, tal vez por que nunca he pasado necesidad y me gustaría que nadie en el mundo la pasara.
En este viaje corto a tierra alta, córdoba tengo la oportunidad de conocer la tierra que vio crecer a uno de mis mentores en temas tecnológicos. el viejo Elkin se tomó el tiempo de enseñarme muchísimas cosas básicas de programación que luego complementé con la universidad y con la experiencia laboral que poco a poco iba adquiriendo, Fueron muchas las tardes en las que mientras hablábamos de código y patrones de desarrollo de software se colaban las charlas sobre la infancia y la violencia que vivió la familia de Elkin.
Ellos fueron desplazados de un corregimiento cercano a tierra alta por una masacre que sucedió en la casa vecina, luego vivieron en otra vereda llamada tuis tuis, donde Elkin creció y logró terminar su estudio cosa que no fue fácil pues se veía obligado a caminar todos los días hasta el paradero del camión de carga y como animal montarse con otros niños para recorrer el camino de 30 minutos de trocha y así con mucho esfuerzo y perseverancia termino su estudio de bachillerato una vez cerró esta etapa se internó en el SENA para estudiar Análisis y desarrollo de sistemas de información (ADSI). Luego tuvo que salir de tierra alta a buscar suerte en bogota como desarrollador.
De hecho, recuerdo que cuando conocí a Elkin no sabía cobrar, el cabrón se regalaba por un salario mínimo, tanto así que un día en una entrevista de trabajo el mismo entrevistador le dijo cómo:
- “oye Elkin, debes cobrar mas, por que lo que tu haces vale más dinero”
Y desde ese día empezó a cobrar por horas y con los años su tarifa como desarrollador ha ido aumentando, ahora mismo trabaja con una empresa en estados unidos desde tierra alta.
Hasta hoy entiendo por que para Elkin trabajar por un mínimo estaba bien. Pues hoy que tengo el privilegio de estar en estas tierras entiendo que aquí ganar un mínimo es un verdadero lujo, la desigualdad social de la costa y sobre todo de los lugares que están lejos de las ciudades principales es impresionantemente aterrador.
Hoy fui a conocer una de sus primeras casas, me contó que sembró un palo de mango e incluso me enseñó cómo se come el coco, curiosamente eso para un cachaco como yo es toda una ciencia. Me enseñó donde estudió su primaria y entendí todo lo que la gente de aquí tiene que pasar para poder estudiar un poco, y de hecho es un milagro los que logran hacerlo pues muchos niños se ven obligados a trabajar para mantener a sus familias y en eso se les va la vida.
Pero el momento de mayor reflexión para mi fue cuando llegaron las niñas vecinas de la finca donde el vivió. Ellas solo llegaron por un poco de agua que no es ni potable.
Lo primero que una de las niñas hizo fue echarle mano al contador de la luz para conectar un cable que tienen a la intemperie directamente desde el poste de luz y así poder alimentar de energía la bomba que saca agua de un pozo que hicieron manualmente con el objetivo de buscar la filtración de agua natural.
Luego llenar unas canecas con esa agua y usarla para lavar platos o cualquier cosa que necesiten en la casa de ella.
Yo creo que ella no se imagina que en Bogotá el agua es potable y yo solo tengo que ir abrir la llave y luego beber agua directamente, de hecho, es algo que hago mucho en mi ciudad. Ese tipo de cosas me parte mucho el alma, por que por alguna razón siento la obligación de cambiar estos modos de vida y de todo corazón espero hacerlo.
Este viaje también me sirvió para entender el verdadero acto de rebeldía que significa estudiar en estos lugares, y lo rebelde que fue Elkin al decidir hacerlo y como con la decisión que tomó cambió el destino de toda su familia, ahora Elkin vive directamente en tierra alta donde hay servicios comunes y corrientes, que no son los mejores. Por ejemplo, en estos momentos no tenemos agua, pero por lo menos tenemos luz todo el tiempo. Donde teóricamente ya no es tan peligroso, Compro moto y luego de vivir en Bogotá se acostumbro al frío y ahora tiene aire acondicionado en la casa de él. lujos que antes nunca se podrían pensar y lo mejor de todo es que los sobrinos de Elkin posiblemente puedan estudiar en un mejor lugar y así poco a poco con el tiempo la familia irá mejorando su condición social.
Sean agradecidos y no sean perezosos es nuestra responsabilidad que el mundo sea un lugar mejor, nosotros contamos con las condiciones para hacerlo. Mucha gente no tiene opción.
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