¿QUÉ TAN DIFÍCIL PUEDE SER DAR EL PRIMER PASO EN PROGRAMACION?

¿QUÉ TAN DIFÍCIL PUEDE SER DAR EL PRIMER PASO EN PROGRAMACION?

En esta nueva sección del blog quiero empezar a publicar los posts de grandes amigos, para que ellos también tengan un canal donde compartir sus experiencias.

Comenzar, creo, para nadie es fácil. Tengas o no los recursos, tengas o no la motivación, todos pasamos por enfrentarnos a qué decisiones serán relevantes para nuestra vida y a pensar si nos equivocamos, qué tanto podría afectar nuestro futuro. Esto nos hace pensar en redireccionar el camino cuando la meta se hace más distante. Pero es importante ver que quizá, eso que se te hace más complicado de alcanzar, o lo que te lleva a batallar con el riesgo y nuestros miedos, puede ser el camino correcto al éxito.

Uno de los retos más importantes que enfrenté y asumí fue ser mamá. Convertirme en responsable de alguien más, cuando apenas asumía la responsabilidad de mi vida, fue complejo. Junto a Alana, mi hija, llegó a mí la motivación que jamás vi antes. Mi forma de ver la vida cambió por completo, empecé a ver más claro qué quería hacer y en quién me quería convertir. A cada uno, la motivación nos llega de diferente manera: quizá con un referente profesional al que quieras parecerte, con un objetivo claro que alcanzar, o con querer aportar a la disminución de la brecha de género que aún existe.

Que fuese mamá de una niña hizo la diferencia. Sentí un poco más de responsabilidad con ella, de abrir camino a un cambio importante, donde el grupo femenino sea considerado como un jugador de iguales condiciones.

Vi hace un tiempo una conferencia de Reshma Saujani, fundadora de “Girls who Code”, una organización que fomenta e incentiva que mujeres jóvenes, en especial niñas, no solo sean consumidoras de tecnología, sino también puedan crearla. Ella menciona que a las mujeres se nos educa para ser perfectas y a los hombres para ser valientes. Las mujeres tienden a infravalorar su competencia en materias habitualmente vinculadas a los hombres, como la tecnología y las matemáticas, pero esto no solo aplica en la elección de carrera o en la competencia en la que nos desarrollemos, sino en las diferentes selecciones que hacemos en la vida, en las que es más común ver hombres asumiendo el riesgo de comerse el mundo, de viajar, de aplicar a trabajos que ven como reto, mientras que las mujeres preferimos no batallar con el riesgo al fracaso. En su conferencia dice:

-La primera semana, cuando las niñas están aprendiendo a codificar, una alumna va a llamar a su tutora y le dirá “no sé qué código escribir”.

La tutora mirará la pantalla, y verá un editor de texto en blanco. Ella podría pensar que su alumna pasó los últimos 20 minutos mirando la pantalla. Pero si presiona deshacer unas cuantas veces, verá que su estudiante escribió un código y después lo borró. Trató, casi lo consiguió, pero no logró hacerlo correctamente. En lugar de mostrar el progreso que hizo, prefiere no enseñar nada. Perfección o fracaso.

En muchas situaciones a lo largo de nuestra vida nos podemos haber sentido identificadas, donde preferíamos callar antes que levantar la mano y quizá equivocarnos. Y creo que es momento de derribar estos prejuicios e ideas fuertemente arraigadas en nuestra cultura, relacionadas con que las mujeres no somos capaces, o que no somos buenas para las matemáticas, el pensamiento lógico, o que debemos mantenernos en una línea de perfección sin riesgo a ser valientes.

Para mí, evidenciar el papel de la mujer en el sector tecnológico es cada vez más sorprendente. Estoy plenamente convencida de que la participación de las mujeres en la tecnología puede traer grandes aportes no solo a la economía del país y de las familias, sino que además es una forma de cambiar el mundo al incorporar otro punto de vista, nuevas ideas y formas de pensar.

Pienso en lo fuerte que me ha hecho aprender, desarrollar, ver plasmadas mis ideas y ver que pueden ser útiles para alguien; eso quiero yo, fomentar y alentar a más mujeres a que desarrollen no solo tecnología, sino sus fortalezas y sus capacidades. No digo que aprender a programar nos haga mejores, pero creo que dar una herramienta y persuadir a las personas de que pueden vencer sus miedos y romper estereotipos es asombroso.

Estoy en la construcción aún de lo que quiero ser. Quiero influir de manera positiva en la vida de más personas, ya sea desarrollando o enseñando lo que sé.

Dejo algunos referentes e iniciativas en el mundo que, como a mí, las pueden motivar y a los que pueden unirse.

“Dream until your dream comes true”

Escrito por: Alexandra Cante, Desarrolladora de software en Hitss
Redes: @cantealexandra